viernes, 30 de septiembre de 2011

Sin acritud

Hace algunos años me tocó dar una rueda de prensa (medios locales) con concejales de uno de los dos grandes partidos politicos. Yo no era concejala sino nº dos de otro partido. El caso es que se daba una primera rueda para la prensa escrita con "mi concejal" y luego yo informaría a las teles y las radios. Las dos personas "principales" eramos docentes; él, ínclito maestro de toda la vida* (sus 50 añitos) y yo, chica metida a política sin aspiraciones. Preparados...- ¡No!, me tengo que maquillar y cambiarme de posición; ésta no me favorece. Esa frase que provenía de la zona protagonista no era de mi boca. Era él. Todas las personas que estábamos en el pequeño despacho soltamos unas risitas y pedimos continuar porque era tarde. Que no, que no y que no. Se negó en rotundo. Yo me levante y dije que no iba a perder el tiempo con tonterías. Efectivamente luego me comentaron que como no encontraron ningún kit de maquillaje el señor se fue con los cascos destemplados.
 Ainssss, todo esto ha llegado a mi desde mis recuerdos, al ver el telediario.Y me recome el asunto. ¿Por qué hay algunas mujeres que cuando llegan a la alta política cambian su presencia física de manera notable? Me planteo algunas cuestiones:
  • ¿Son ellas o son ellos los que sugieren el cambio? Si son ellas, eligen el momento mediático ¿adecuado? para hacerlo.
  • ¿Por qué no lo han hecho antes? 
    • ¿Tiempo? No creo, las personas que viven la política apenas tienen tiempo libre.
    • ¿Dinero? Ummmm
    • ¿Exigencia de los medios? No creo, a ellos les da igual que vayas con rastas o con moño sesentero.
    • ¿Va aparejado con el cargo un asesor de imagen?
 La que más me preocupa es la primera. Sería duro pensar que siguen funcionando las consignas y consejos de los años cincuenta sobre las mujeres, sus prestancias y sus labores.

* Ese maestro no era de derechas.

2 comentarios:

  1. Que no, que me niego a que funcionen. Lo que pasa es que el caballero era un maniático, o vete tú a saber.
    Volver atrás en el tiempo, a ese tiempo, no nos trae nada bueno.

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  2. Tienes razón, y debemos ser nosotras las que avancemos contra viento, marea y los cazurros que hay por el mundo.

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