Granada, círculo cerrado

Todas mis expectativas del viaje a granada se cumplieron. Casi todas. De algunas no escribo aquí. Hay otros foros para hablar de educación, de saberes y de poderes. Creo que el viernes cerré algo que tenía que haber acabado hace un montón de años. Once. En Marzo de 2002, participé en un congreso en Granada. Sin permiso de mi director (que pa qué una mujer tiene que presentar una comunicación tan lejos, que no te vas que te quito el sueldo, que vaya aires que traes, ...), Como os podéis imaginar en cuanto pude me largué con mi presentación y mis transparencias caminito de graná. Pero en el reparto de espacios no me habían tenido en cuenta y después de mucho ir y venir y regar el perejil un señor muy aparente y muy importante me dijo que no podía ser, bueno si, que si quería podía exponer en la sala García Lorca pero no me aseguraban espectadores. Por supuesto, decidí pasar un par de días haciendo turismo en la ciudad y olvidarme de ese sitio dónde me habían tratado fatal. Qué manera de llorar. Ufff, cuando ayer vi a ese ponente que se quitaba los zapatos no dejaba de pensar en lo que hubiera pasado si yo me hubiera subido allí y, aún sin gente. me hubiera quitado algo.  No llegó la sangre al río pero casi. Llegué el jueves y en la cola de las acreditaciones me dijeron que no estaba. Los fantasmas aparecieron de nuevo. Al final de la jornada ya estaba arreglado. Yo era cinta azul y no verde ni roja. Todo correcto: mi maletín, mis vales para comidas, camiseta vivaespaña y tacitaconsomé.  El viernes, en otra sala más discreta, más íntima, pude contar lo que tenía preparado. Y lo conté bien. Nerviosa al comienzo pero con la seguridad de que lo que decía era lo que yo hacía y creía. Y había público. Ah! y no me quité nada de nada.