martes, 27 de diciembre de 2011

Queridas reinas

Después de años y años tropezando en la misma piedra este año he decidido cambiar de bando. Desde pequeñas nos han acostumbrado negociar los regalos con la parte masculina pero en un año de múltiples protestas pacíficas en el que ha primado (que no ganado) la democracia más participativa, he decidido cambiar de bando. Escribiré mi carta a las reinas que las considero mucho más eficaces y resolutivas. Además, no tendré que enumerar las cosas que las mujeres no queremos que nos regalen. 
Quiero contaros que no he sido buena, no me he portado bien y siempre que he podido he chinchado a la maestra de reli. Debería haber cuidado mis modales cuando no me permiten el paso en el ídem de cebra pero, no lo puedo resistir ¡Me encanta apuntar al cielo con el dedo corazón!  Algunas malezas mayores me las callo por prudencia que como dice mi jefa: lo escrito, escrito queda. ¡Ah! tampoco pienso hacer ahora propósito de enmienda pero he pensado mucho y este año no voy a pediros nada. Tengo todo lo que quiero: familia, trabajo y amig@s que me alegran y cabrean cuando una no lo espera. Si acaso por prevenir, dejadme un vale-regalo que el año presume largo y si no vienen bien dadas, podré darme un homenaje.
Nada más mis reinas magas, nos veremos en verano que nadie se  va a oponer si os escribo más temprano.

1 comentario:

  1. Nena, con esta carta se van a cumplir todos tus deseos. Porque las reinas magas tienen mucha más emoción para todo... ;)))

    ResponderEliminar

Sin tus comentarios no somos nada (o sí)