Hace seis meses el corazón apretaba y el estómago se hacía un nudo al pensar que no iba a verlos en mucho tiempo.
Ahora el corazón aprieta y el estómago está hecho un nudo porque solo quedan 30 horas para verles y abrazarles.
Voy y vengo por la casa mirando si todo está bien para su llegada.
En un par de semanas, quizá menos, ya habré discutido con ellos, seguro. Pero da igual, eso forma parte del juego.
Hoy estoy feliz y me muero de ganas de levantarme mañana, coger el coche y correr a su encuentro.
Hace tiempo que no espero la llegada de un tren. ¿Qué mejor espera que la de mañana?
Tendré que contenerme, no podré gritar mi alegría al verles, tendré que mostrarme civilizada en el encuentro.
Pero aquí, ahora y solo para nosotras os confieso que lo que me pide el cuerpo es llegar al andén y cuando bajen del tren gritar a los cuatro vientos:
- ¡¡Están aquí!! ¡¡Son mis hijos, y les quiero!!
No te cortes, Lola, expresa lo que realmente sientas en ese momento. Di lo que te salga del corazón, grita a los cuatro vientos si el cuerpo así te lo pide, achúchalos hasta que te tengan que decir ¡osú, mamá!... Al carajo (con perdón) actuar de manera socialmente adecuada, la buena educación o el civismo o... ¡es que alguien se va a escandalizar porque muestres tus sentimientos con tus hijos?
ResponderEliminar;-) No dudes, así lo haré. Aunque se miren entre ellos con la cara de...-¡Ya está mamá montando el número!. En el fondo les gusta. Un beso.
EliminarMe apunto a perder los papeles en público, así algún día ellos se permitirán a si mismos hacer lo propio, que a veces les educamos taaaaaaaaaaaaaan biennnnnnnnnnn, que los pobres no encuentran la forma de chillar o la mujer que nos llegue al tacón ;DDDD
EliminarA disfrutar, preciosa ;)))
Qué ilusión hace la vuelta de los seres queridos!! Y si son los hijos, ni te cuento!! Sé las ganas que tienes de verlos y de abrazarlos y sigue los geniales consejos de Mayti. Hazte una foto con ellos y nos la mandas, que os veamos las caras ;)))
ResponderEliminarUn beso grande y corre a por ellos!!
La cámara está preparada. ;-)
Eliminar¡¡¡Por fin!!! ¡¡¡Disfruta!!!
ResponderEliminarUna dedicatoria del sabio Veneno: http://youtu.be/_mb4VzC-8A0
Me encanta esta canción. Eso de 'ahora te echo de menos como antes te echaba de más' es tannnn de la vida misma y de los sentimientos encontrados que tannnn a menudo tenemos con las personas a las que queremos profundamente.
EliminarAcabas de hacer magia. Hacía años que no oía esta canción. Y...¡cómo me gusta!
ResponderEliminar¡¡Que suerte!! la mía mayor se me va solo un mes y estoy que no me lo creo.
ResponderEliminarOs imagino en la estación emocionadísimos por el reencuentro, porque seguro que ellos no se quedan atrás en sus ganas de achucharte.
Al nombrar el tren me has recordado mis múltiples viajes de estudiante desde Almería a Tarragona donde me recogían mis padres que por aquellos entonces vivían en un pueblillo de Lérida.
Tengo recuerdos divertídisimos de aquellos viajes tan eternos, pero sobre todo el recuerdo de ese esfuerzo por contener la emoción cuando pensaba en el achuchón que le iba a dar a mi madre, en las partidas de parchís, o en los bizcochos tan ricos que me hacía.
Madre mía ¡Cómo pasa el tiempo! Parece que fue ayer cuando nos comentabas que se iban… ¡Y ya están de vuelta!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Mayti, nada de cortarse, mira este vídeo que me encanta: siempre tengo lágrimas en los ojos cuando lo veo …
http://www.youtube.com/watch?v=uSMlIM9zLio&feature=player_embedded
Besosss
Te entiendo muy bien Lola. Hace ya algo más de seis meses que mis hijos despegaron del nido y no me acostumbro a que estén tan lejos. También se me sigue haciendo un nudo en el estómago al pensar que tardaré en verlos de nuevo. Así que disfruta de ellos mientras los tengas cerca, no importa que en algunos momentos tengas ganas de recuperar tu intimidad, como bien dices forma parte del juego y de la vida misma. Besos
EliminarPor dió, Pily, qué pechá de llorá que me dao con el vídeo.
EliminarLeí tu entrada, Lola, hace unos días. Me emocionó mucho. Tu nudo en el estómago hizo un nudo en mi garganta y no fui capaz de dejarte un comentario. También me recordó mis propias despedidas, las emociones "correctas", las que se esperan, las que se controlan, las que se censuran,... Y un cuento que leía a mis hijas, junto a otros rituales, para gestionar las despedidas que va sobre el anhelo del reencuentro durante la espera, "¡Ojalá estuvieras aquí!" de Moritz Petz y Quentin Gréban.
ResponderEliminarAhora, sí. Habrá pasado ese momento fugaz, inolvidable y, lo más importante, os estaréis disfrutando. ¡Bienvenidos!